PRESENTACIÓN:
Se ha afirmado en numerosas oportunidades que “la misión de una biblioteca es la de asegurar el acceso a la información a la comunidad de la cual forma parte”. En el caso de las bibliotecas especiales, la misión no varía, pero los métodos, las estrategias y los soportes deberán tener en cuenta las características específicas de los usuarios para que el cumplimiento de esa misión no resulte disminuido, distorsionado o, abiertamente anulado.
Las unidades de información destinadas a garantizar éste acceso a las personas ciegas y disminuidas visuales, lo harán desde el reconocimiento del grave problema de esta discapacidad sensorial, tantas veces expuesta en una afirmación de porcentajes: “del cien por ciento de la información que la persona recibe, el setenta por ciento es información visual. Por lo tanto, las personas ciegas y amblíopes deben contar con servicios que fortalezcan ese treinta por ciento remanente para que sus vidas se desarrollen en un plano de igualdad”. Es decir que estos métodos y estrategias específicos, debemos aplicarlos desde una axiología determinada, la de la equiparación de oportunidades si aspiramos a que nuestras bibliotecas especiales sean para las personas con discapacidad visual, una herramienta equivalente a las bibliotecas comunes para las personas sin discapacidad.
Reconocer esta realidad implica admitir también que el presupuesto de estos servicios será mayor al de una unidad de información común, si queremos verdaderamente brindar una prestación equiparadora.
Sabemos que nuestras comunidades, en general, no visualizan esos diagnósticos y que a causa de los inconvenientes económicos se hace necesario reducir la brecha de dinero entre las unidades de información comunes y las especiales. Para ello habrá que trabajar en red, a efectos de evitar la duplicación de esfuerzos, la pérdida de energía y el desaprovechamiento de los recursos humanos y financieros.
Los primeros pasos para fijar estándares en las grabaciones de libros se llevaron a cabo en la reunión del 1º de noviembre de 1988 en la ciudad de Córdoba, en el marco del encuentro tiflológico que la Federación Argentina de Instituciones de Ciegos y Amblíopes acostumbra a desarrollar luego de las asambleas.
Las conclusiones de entonces se reflejaron en las instrucciones o protocolos de grabación que los servicios adoptaron desde aquel día, pero quedaba por abordar la cuestión de un catálogo común, de un manual de procedimientos y de la red formal.
Pasaron varios años hasta que el 28 de abril de 2001 se realizó el PRIMER ENCUENTRO NACIONAL DE SERVICIOS DE GRABACIÓN Y LIBROS PARLANTES PARA CIEGOS, en el establecimiento de la Biblioteca Para Ciegos y Disminuidos Visuales de Mar del Plata donde se acordaron los siguientes puntos:
a) Formalizar la creación de una red que permita la circulación y el intercambio de la información de utilidad para nuestros servicios, única manera de realizar una verdadera economía de esfuerzos y de tiempo, que redundará en beneficio de nuestros usuarios;
b) El nombre de la red será REBIP, (Red de Bibliotecas Parlantes), o el nombre más aproximado que pueda utilizarse en una lista de CORREO ELECTRONICO, en el caso de que estas letras ya estuvieran ocupadas. La puesta en marcha de esta lista quedará a cargo del delegado de la Biblioteca Argentina para Ciegos;
c) Se remarca la necesidad de que se adopten en todos los servicios las normas internacionales de catalogación y clasificación como así también, toda otra herramienta aportada por la bibliotecología, con el objeto de unificar el lenguaje, facilitar el trabajo y la tarea de referencia, acelerar la búsqueda por parte de usuarios y bibliotecarios, asegurar la efectividad en la identificación del material y establecer un marco claro que permita el crecimiento y desarrollo de la red. En este sentido, hacemos constar la tarea de la Biblioteca Braille de la ciudad de La Plata, en la conformación del CATÁLOGO COLECTIVO;
d) En esta misma línea, se decide adoptar el programa Micro Isis, distribuido por UNESCO, y las adaptaciones al entorno Windows. Las delegaciones de Mar del Plata y Buenos Aires comprometen sus esfuerzos y ponen a disposición sus servicios para llevar a cabo las pruebas que permitan el acceso a estos programas desde los recursos tiflotécnicos;
e) Se respalda la postura de la delegación de Rosario acerca de lograr la unificación de las normas de grabación, criterio que sustentaran las delegaciones de Buenos Aires, Mar del Plata y La Plata en encuentros de similares características desarrollados con anterioridad. El aumento de la demanda de libros de lectura con mayor especialización, como son los textos de computación, y el incremento de las ilustraciones, lleva a nuestros servicios a tener que analizar y reformular tales normas;
f) Por lo expuesto previamente, se remarca la necesidad de una adecuada formación de los lectores voluntarios, tanto en la tarea de grabación de obras como en las actividades de lectura personalizada;
g) Se decide adoptar un manual de procedimientos común, que tenga en cuenta las características de cada servicio, tomando como base el trabajo que realizara la Biblioteca Braille de La Plata; y estará a cargo de Cristina Calvo y Ruth Liliana Pérez Serú
El 26 de noviembre de 2004, se llevó a cabo el SEGUNDO ENCUENTRO NACIONAL DE SERVICIOS DE GRABACIÓN Y BIBLIOTECAS PARLANTES, en la Biblioteca Braille de la ciudad de La Plata. Allí se distribuyó el “CATÁLOGO GENERAL UNIFICADO DE BIBLIOTECAS PARLANTES DE LA REPÚBLICA ARGENTINA”, cuya primera versión se había expuesto en el encuentro de Mar del Plata de abril de 2001.
El hecho de que no se usen los mismos criterios para catalogar en todas las unidades de información produce serias grietas en este trabajo que igualmente tiene el mérito de ser la base para la tarea en red y pone de manifiesto que hay que seguir avanzando.
Hoy publicamos en este blog, la versión completa de ese catálogo con el titulo “BIBLIOTECAS PARLANTES ARGENTINAS – CATÁLOGO GENERAL”. Como podrán leer, aunque el catalogador no lo dice, evidentemente se sigue el criterio “POR AUTOR” y no “POR MATERIA” o “POR TÍTULO”, pero en muchos casos aparece el título de la obra; en otros, el nombre de la editorial y a veces, el autor ingresado por el nombre y no por el apellido, como en el caso del Presidente Perón, que figura en la letra “J” como “Juan D. Perón”, en lugar de “Perón, Juan Domingo”, en la correspondiente letra “P”.
Armar un catálogo colectivo requiere de criterios uniformes en cada unidad de información si queremos que esta obra de referencia se convierta en un instrumento útil al servicio del colectivo.
Con todos los detalles que faltan, igualmente celebramos que se hayan dado los primeros pasos y hacemos votos por el perfeccionamiento de esta herramienta que ayudará a los propósitos ya enunciados y a la construcción de otras parecidas como un catálogo de demanda.
Carlos Oscar Mattos
Bibliotecario Profesional, adscrito a la Asociación Amigos de la Biblioteca Parlante para Ciegos y Disminuidos Visuales de Mar del Plata
PARA AMPLIAR LA INFORMACIÓN, LEA “EL TOPO DE LA BIBLIOTECA DE ALEJANDRÍA”: http://eltopodealejandria.blogspot.com, EL PRIMER BLOG SOBRE BIBLIOTECAS, RECURSOS TIFLOLÓGICOS Y TEMAS RELACIONADOS EN MAR DEL PLATA.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me interesa ser lectora voluntaria para la grabación de textos y también para lectura personalizada, adonde debo dirigirme?
ResponderEliminarTengo tantos buenos recuerdos !!!!!!!!!!!!!
ResponderEliminarSoy Elena Sorarrain y agradezco haber conocido gente tan hermosa.
Les mando un abrazo grande
Elena